¿GOLPES QUE NOS DA LA VIDA?

Renan, Joseph Ernest : "Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles."

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¿Qué pasa por nuestra mente al escuchar o saber de una tragedia así?

 

Tal vez no experimentemos una sola emoción ante un evento de esta magnitud, sino una gama de sentimientos que desfilarán tan pronto y tan abruptos que no nos dejarán definir cual de todos es el que nos molesta más, probablemente entre ellos estén: la tristeza, el coraje, el miedo, la frustración, la ira, la incertidumbre, y un sin número de sensaciones hermanadas a estas.

 

Claro está, que lo que sintamos estará enmarcado dentro de otras causas, por un par de fundamentos determinantes:

 

•  La relación directa que tengamos  con el incidente, entendiéndose el "tengamos" como nuestro ser ó las gentes que sean importantes para nosotros.

• Lo que tengamos cada uno de nosotros en nuestro interior, y por consecuencia la actidud que presentemos ante la vida y sus eventualidades, vengan estas con rostro de regalos, sufrimientos o pérdidas.

"La cosa más importante no es lo que decimos nosotros, sino lo que Dios nos dice a nosotros. Jesús siempre está allí, esperando. En el silencio nosotros escuchamos su voz".

Madre Teresa de Calcuta 

La vida no es una rosa que exhale un sólo olor,  ni maestra que nos brinde en una sola lección todo el aprendizaje que necesitamos absorber para ser mejores seres humanos, no, definitivamente no lo es, la enseñanza de la misma viene a nuestro encuentro, organizada y muy bien dispuesta.

Por tanto, debieramos ir bebiéndola cuál si fuera un buen café, sorbo a sorbo, y disfrutar al ir descubriendo su frescura, aroma, sabor, calor y sobre todo su excelente calidad; o bien, cómo si fuera una buena medicina, la cual deberíamos beberla tal y como el doctor nos la recomendado, en las dosis indicadas, ni más ni menos, tomándola siempre con la confianza de que cada toma que me está siendo administrada es absolutamente necesaria para mi salud y fortalecimiento.

Así entonces, hermanos y amigos, agredezcamos al hoy los momentos de dolor que nos haya suministrado, estemos seguros que son necesarios y que, si nuestro cuerpo en conjunción con nuestra mente y espíritu hacen de ellos el procesamiento correcto, beneficiarán en gran medida a nuestra adolorida alma, acarreándonos entonces crecimiento y felicidad en todos los ámbitos.

Bebamos pues, con buena cara, nuestra dosis diaria, por muy amarga que sea la pastilla, cápsula o jarabe del que se trate, aún en los casos en que la dosis tenga que ser inyectada (indicación a la que huímos todos), y que la inyección sea muy dolorosa; si somos buenos pacientes, y no no nos impacientamos, tratamiento por tratamiento veremos los buenos resultados.

Aprendamos a ver lo divino habitando en cada uno de nuestros momentos, más, en los instantes en que nos sintamos apaleados ó desfallecientes, pidamos una porción fuerte de fortaleza combinada con sabiduría; que al fin, después de todo como bien hablaba William Shakespeare: No hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida.

A ustedes hermanos a los que hoy llamó a cuentas el Ser Divino que nos envió, les mando desde aquí mi amor y agradecimiento por su influencia en la existencia de los que quedamos. Los amo, por favor perdónenme, lo siento y gracias. ¡Gracias infinitas por toda la luz que compartieron, vayan ahora a proseguir su camino!

Y a ti que me lees, te envío mi corazón y gratitud por compartir tu tiempo conmigo. ¡Lo siento, te amo y gracias!

Nuestro Creador los bendiga siempre, les amo.

Shakti Sándria